lunes, 3 de septiembre de 2012

Nueva York a reestrenado piscina para sofocar el verano


En el norte de Brooklyn, donde colindan los barrios de Greenpoint y Williamsburg, los cuales vale la pena visitar por su ambiente bohemio, se ha reinaugurado la piscina McCarren en el parque del mismo nombre este verano.

La historia de esta enorme piscina de unos 3.500 metros cuadrados, con capacidad para 1.500 personas, ha fluctuado con las fortunas de esta ciudad. Fue inaugurada originalmente en 1936, en plena era de la Gran Depresión, y fue utilizada hasta 1984, cuando la ciudad la cerró por la crisis económica y por tensiones raciales. Estuvo en desuso hasta 2005, cuando su fosa vacía se habilitó para presentar conciertos de rock y eventos al aire libre. En 2012, después de una renovación de 50 millones de dólares, se ha rehabilitado como piscina y centro recreativo. Estará abierta del 28 de junio hasta el 3 de septiembre. Para el invierno, prometen convertirla en una gran pista de patinaje en hielo.

La entrada a la piscina es totalmente gratuita. Por esto mismo, y por ubicarse en Nueva York, ha habido tumultos y algunos disturbios, y la piscina se tuvo que cerrar un par de días. Ahora todo ha vuelto a la normalidad gracias a la presencia de más policías, personal de la administración de parques y empleados de seguridad, y uno puede disfrutar de la piscina McCarren con bastante tranquilidad.

Se recomienda altamente visitarla entre semana, cuando hay mucho menos gente y no hay largas colas para entrar. Es necesario traer bañador, de preferencia ya puesto, y un candado sólido para los casilleros, ya que no se permite llevar bolsos al área de la piscina. De hecho, la gran lista de reglas y rituales de seguridad le dan un aire al estilo prisión de Alcatraz. Entre otras cosas, te piden que sacudas tu toalla para asegurarse que no traes armas u objetos prohibidos. A fin de cuentas, esto es Nueva York. Pero uno puede estar bastante a gusto y nadar con el resto de la humanidad neoyorquina, gente de todas las edades, colores y sabores, pero es mejor no llevar nada de valor.

La piscina cuenta con una sección con carriles reservada para aquellos que quieren nadar seriamente, y el resto es para el chapoteo y esparcimiento de las masas. Hay una sección infantil, con dispensadores de rocío fresco y fuentecitas. También hay una cancha de voleibol en la arena y un centro recreativo con mesas de ping pong y otras actividades. Lo que no hay es sombra. Ni áreas verdes. Sólo unas cuantas tumbonas. Uno pone su toalla en el concreto, y toma el sol a la manera urbana. Es una aventura muy neoyorquina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario